Santiago de Chile.
¡UNA EXPERIENCIA SUBLIME!.
¿Por qué le puse este título, se preguntarán? Sencillamente, porque no pretendo dar una cátedra (lo que, en todo caso, me parece presuntuoso), sino que más bien, compartir con Uds. mi experiencia con una de las formas del más maravilloso conocimiento al que he podido acceder: la Radiestesia.
Hago mías las palabras del gran radiestesista español, el sacerdote jesuita José María Pilón, que en su texto “El gran libro de la Radiestesia” señala, en la página 245, replicando las palabras del “Príncipe de los Radiestesistas”, el abate Alexis Mermet: -“Yo hago votos porque llegue el día en que todos los amigos del progreso se darán la mano para extender esta ciencia que será en beneficio de la Humanidad … pero esta nueva ciencia será, ante todo, un himno de perpetuo reconocimiento a Dios, autor de todas las leyes, creadas para la felicidad del hombre”.
Tengo muchos años de conocimientos académicos (además de ser abogado con estudios en la Universidad Católica, soy Decoradora de Interiores de Inacap, con estudios de Arquitectura, Apreciación del Arte, dibujo, pintura, etc. etc.), pero ninguno de estos conocimientos se iguala a la fantástica oportunidad que me ha dado la vida de adentrarme en esta herramienta que nos permite acceder a la verdad (la energía es nuestra alma que al conectarse con Dios nos informa la Verdad, ¡así de simple!)
Resumidamente, puedo decirles que la Radiestesia nos permite especificar si una energía, proveniente de los lugares, de los objetos, de las personas o de las emociones son positivas o negativas, lo que, obviamente, nos afecta, de la misma forma, en nuestra salud.
Debo agregar que, en mi caso, sólo recurro a ella con fines de bienestar de las personas, tanto en el ámbito físico, como mental y espiritual, y nunca con fines adivinatorios ni esotéricos. Además, he decidido no cobrar por ningún motivo porque considero que es un don cuyo objetivo es la ayuda a los demás y no un medio de lucro personal.
Bueno, les cuento como llegué a este espectacular conocimiento: hace aproximadamente 18 años, “casualmente” conocí a Edo Bézic (croata) en un evento de Salud Natural. Al verlo usar las varillas, y estas se movían (en unos casos se mantenían abiertas, y en otros se cerraban), no dudé en acercarme, para que me contara de qué se trataba.
Me interesé en sus cursos (realmente notables) y, ese mismo fin de semana, ya había aprendido a usar el péndulo, las varillas y a hacer prospecciones en situ y a distancia (telerradiestesia). De más está decir que se me abría un camino increíble donde se avanza gracias a la propia experimentación.
Ahora bien, para especificar, y cuantificar, cualquier tipo de energía usamos nuestros instrumentos radiestésicos, que son nuestras antenas: varillas y péndulos, pero también la energía de las personas. Esto último lo aprendí también “casualmente”.
Efectivamente, en este caminar he conocido a mucha gente con quienes he compartido mis conocimientos radiestésicos, y también, con quienes me han permitido aumentarlos. En una oportunidad, una amiga: María Inés Morales, me comentó que con su marido viajan constantemente a Londres, donde ella aprovecha de consultar a su Ginecóloga que para indicarle que tratamiento es el indicado para ella le hace poner el brazo tenso aplicándole una suave fuerza con lo que o se mantiene firme, o se cae. Si se mantiene firme es Si, o positivo, y si se cae es No, o negativo.
Lo anterior me pareció sorprendente, especialmente, por provenir de una profesional científica.
María Inés me regaló un texto sobre Radiestesia, que trajo de uno de sus viajes, escrito en inglés. Al llegar a mi casa, lo hojée, y en una parte me encontré con el tema relativo al “muscle test” con indicación de cómo operaba, (…“ with the firm arm”…etc).
Le pedí a mis hijos Sebastián y Valentina, que son fantásticos canalizadores, que pusieran el brazo firme a los que apliqué una suave presión en la muñeca, como me indicaban las instrucciones, haciendo preguntas y, algunas veces, se mantenían firmes, y en otras, se caían, por lo que, sorprendida, agregué este fantástico conocimiento “casual” a mi bagage de herramientas radiestésicas.
En esta parte, voy a hacer un paréntesis para mencionarles que el Test del Músculo se enmarca dentro de lo que se denomina Kinesiología Holística.
Este tipo de Kinesiología se inicia gracias al trabajo del Dr. George Goodhearth, quiropráctico norteamericano que en los años 50 empezó a investigar el hecho de que todo músculo ofrece una respuesta. Debo citar, también, a los doctores John Thie, David Walter, John Diamond y Raphael Van Assche.
El cuerpo tiene en sí mismo la información acerca de su estado físico siendo posible acceder a esta información – diálogo con el cuerpo – a través de la reacción de los músculos mediante un interrogatorio con preguntas cuyas respuestas son de tipo binario, esto es: Sí o No.
En Kinesiología se puede utilizar cualquier músculo del cuerpo – no debemos olvidar que la energía circula por ellos – , sin embargo, el músculo deltoides es al que más se recurre.
El deltoides es el músculo que recubre el hombro en su desarrollo hacia el brazo. Para realizar el test se sitúa a la persona a testear con esta extremidad firme y extendida hasta formar un ángulo de 90º con el cuerpo, se aplica una suave fuerza sobre la muñeca para que reaccione.
A través de la reacción de los músculos (al igual que lo que podemos lograr mediante la utilización de péndulos y varillas como señale anteriormente,) podemos obtener la información necesaria para identificar las buenas o malas energías de los lugares en que frecuentemente permanecemos, lo que nos permite mantener, o recuperar nuestra salud. Además, podemos investigar lo que nos favorece o nos perjudica en cuanto a alimentación, tratamientos o terapias de salud, etc.
Ahora bien, ¿qué sacamos los radiestesistas si en nuestras detecciones, ya sea con péndulos, varillas o test del músculo, nos encontramos con malas energías que afectan la salud de quienes nos solicitan el informe y no tenemos los medios eficientes para arreglarlas? Pues: ¡Simplemente nada!
Al principio de este caminar radiestésico me encontré con un variado abanico de neutralizadores: con metales, piedras, pirámides, láminas con simbologías, etc. etc., que si bien es cierto tienen una supuesta efectividad, no lo son en el tiempo.
Al respecto, les compartiré esta experiencia: hace aproximadamente 15 años me pidieron que visitara a María Elena Torrealba, una sicóloga vecina, que estaba con cáncer. Fui, pasé las varillas sobre la cama, éstas se cerraron – siempre se cierran en un lugar energéticamente malo – por lo que le propuse que pusiera uno de los neutralizadores fabricados por dos miembros de la Sociedad de Radiestesia: la Cata Garretón y José Subercaseaux, consistente en una colchoneta delgada que, en su interior, tenía varios minerales, entre ellos cuarzo, con una simbología en su parte superior, y que se colocaba bajo el colchón. María Elena se recuperó, sin embargo tres años después me llaman nuevamente, y ¡a ella le había vuelto el cáncer! Voy, nuevamente, paso las varillas sobre la cama, y se vuelven a cerrar, indicando que el neutralizador había perdido su efectividad. Lo anterior, confirma lo que el padre José María pilón observa en la página 235 de su libro: – “En honor a la verdad, por nuestra ya larga experiencia, y la de bastantes investigadores imparciales, ninguno de estos sistemas tecnológicos es suficientemente efectivo, A nuestro juicio la única forma de preservarse eficazmente de estas anomalías geopatógenas está en la huida lejos de sus influencias, que, como hemos dicho, en ocasiones, puede ser muy sencillo y bastará con modificar la situación de las camas o los despachos y dejar estas zonas para sitios de paso, zonas verdes o ajardinadas”.
Lo dicho por el padre Pilón me recuerda dos anécdotas: en una oportunidad me tocó visitar un departamento en la primera cuadra de la calle Málaga, perteneciente a un arquitecto de origen chino, cuyo hijo no podía dormir: ¡contiguo al edificio existen dos tremendas antenas!. Procedí a recomendar el neutralizador “más adecuado” que conocía en esa época.
Terminando la sesión, se acerca su señora y me dice: -“Mi mamá, que vive en Taipei, Taiwán, está muy enferma, ha recorrido Europa en busca de salud, y ningún médico ha podido darle solución”. Le pedí que hiciera un croquis de la habitación de su madre, usé mi péndulo para hacer telerradiestesia (a distancia) verificando que donde estaba ubicada la cama pasaban malas energías, sin embargo, como la pieza era muy grande había un espacio que era bueno. Le dije que cambiara la cama al lugar indicado. Me despedí. ¡No pasó más de quince días en que ella me llamó agradecida porque su madre se había sanado!
En otra oportunidad, una persona me pide que ayude a una familia cuyo hijo estaba muy mal, fui a la casa de ellos, revisé su pieza que era muy chica, ya que era la de servicio, y donde estaba ubicada la cama era energéticamente mala, sin embargo, al lado de la ventana no había problema, por supuesto les dije que cambiaran el lugar de la cama. A la semana la misma persona que me había pedido ayuda me pregunta respecto de ¿que había hecho porque el hijo se había sanado?. Le contesté: “Sólo le hice cambiar la cama de lugar”. Sin embargo, no siempre es posible cambiar la cama de lugar porque ¡hay lugares en que todo el espacio es negativo!
Yo soy una agradecida de Dios, y no trepido en reconocer su gran bondad, por eso, y tal como lo hago siempre, les compartiré un “regalo del cielo”, que también me llegó “casualmente”, y que permite arreglar para siempre los lugares energéticamente malos. Cuando comparto este regalo advierto que es “como las lentejas o como las arvejas”: ¡si quieres lo tomas, si quieres lo dejas”!. No entro en polémicas: si una persona lo acepta, bien, si no lo hace, significa que no era para ella: ¡así de simple!
Hace más de quince años la Cata y José decidieron irse de Santiago, lo que me impedía contar con los neutralizadores que, en ese momento, parecían ser la solución a los problemas de malas energías.
Como había visto tantas sanaciones al arreglar los lugares, sintiendo la mano de Dios en ello, le pedí, precisamente, a El (¡creo en Jesús y no me avergüenza proclamarlo!) que me iluminara porque ¿qué sacaba con hacer Radiestesia si no tenía la solución definitiva?. “Casualmente”, una vez más, y al cabo de unos días, recibí de una persona la indicación de que debía poner el nombre de JESUS. por escrito, debajo de la cabecera y en los lugares donde trabajamos, es decir, donde permanecemos más tiempo. ¡Ahora entiendo que el plan divino era que la Cata y José tenían que irse de Santiago porque, de lo contrario, jamás yo habría recibido este regalo del cielo, que es mi obligación compartir!
Les recomiendo buscar en Internet el Libro: “Las Maravillas del Santo Nombre” escrito por el Rvdo. Padre Paul O´ Sullivan, editado por Tan Books and Publishers Inc. P.O.Box 424, Rockford, Illinois 61105, U.S.A. y vendido, como el artículo 1824, a través de www.tambooks.com. En él se da cuenta de muchas sanaciones y milagros colocando “estampas con el nombre de JESÚS debajo de la almohada”.
Mi experiencia me indica que el nombre de JESUS es el único “neutralizador” que no se carga, permitiendo que muchas personas se sanen. Obviamente, la sanación depende de que la persona no tenga una energía muy baja, que no le permita revertir el proceso de deterioro.
Debo agregar que no sólo debemos arreglar un lugar energéticamente malo, sino que nuestro cuerpo debe ser alimentado con productos energéticos, para mantener o aumentar la energía vital. Estos los encontramos en la naturaleza: frutas, verduras, granos, etc. (¡¡cuando lo investigamos con el test del músculo, nuestro cuerpo así nos lo ratifica!!,Por eso recomiendo seguir una vida saludable, y, en caso de perder la salud, recurrir a la Medicina Natural, que es la de Dios porque permite sanarse con los agentes que El creó: el agua (Hidroterapia), el barro (Fangoterapia), el sol, el aire puro, difícil de encontrar en las grandes ciudades, y una alimentación basada en frutas y verduras crudas.
Cuando recuperamos la salud, es preferible optar por una alimentación vegetariana, como nos lo indica don Manuel Lezaeta Acharán, el máximo exponente naturista que ha tenido Chile, en su Libro “La Medicina Natural al Alcance de Todos”.
Si aplican el test del músculo verán que lo que les comparto es lo que Dios quiere para que tengamos una vida plena, ¡hagan la prueba y se sorprenderán!
¡Estoy segura de que el Test del Músculo será un gran aporte para la vida de todos y cada uno de Uds.!
MARIA EUGENIA ARRATIA MAHUZIER
ABOGADO