Santiago de Chile.
Después de mis vacaciones en San Carlos de Bariloche, y Buenos Aires, este mes de Febrero de 2014, sentí la necesidad, y obligación, de testimoniar de cómo nuestra vida puede estar llena de satisfacciones de todo tipo cuando estamos protegidos por Jesús, porque si confiamos en El, está, y estará, en los pequeños y grandes detalles de nuestra vida.
Gracias a Dios tengo muy buena memoria, así que trataré de acordarme de un gran número de ocasiones en que su presencia ha sido palpable, incluso desde antes de yo lo buscara…y encontrara…
Intentaré hacerlo en forma cronológica, habiendo un Antes y un Después de Conocer a Jesús.
BUSQUEDA ESPIRITUAL.
Nací dentro de una familia católica, estuve en un colegio, también católico, soy abogado de la Universidad Católica de Santiago de Chile, donde, en clases de Cultura Católica nos hicieron leer el libro ”Las Seis Pruebas de la Existencia de Dios”.(¡¡Al Señor no se llega por la cabeza, sino que por el corazón!!)
A pesar de todo ello, tenía una carencia espiritual tan grande que empecé una búsqueda en ese sentido. Primero me metí a estudiar Yoga, hasta de cabeza me paré, pero no conseguí lo que buscaba. No era mi camino.
Después, con mi querida amiga Edith Tapia, fuimos a un curso sobre Meditación Trascendental, en un departamento ubicado en la esquina sur poniente de la calle Pedro de Valdivia con Eleodoro Yáñez. El último día debíamos llevar flores y un pañuelo blanco para la ceremonia final “en que nos entregarían un Mantra, para efectuar Meditaciones diarias, único y personal para cada una de nosotras, que no deberíamos compartir con nadie”.
Una vez terminada la ceremonia, y ya fuera del departamento, sentí (soy bastante intuitiva) que el Mantra que me habían dado no era único ni personal, por lo que le dije a Edith que me compartiera el suyo. Su respuesta fue absolutamente negativa, por lo que la enfrenté y le dije: – “Mi mantra empieza con “Shi”, asombrada me dijo: – ¡“El mío también”!. Seguí: -“El mío termina con “ing”, su respuesta fue la misma: – ¡“El mío también!”. Y, por último, le dije: -“El mío es “Shiring”, igualmente me contestó: ¡“El mío también!”.
Obviamente, que hasta ahí no más llegó para mí la Meditación Trascendental. Una vez conté esta anécdota, y una persona me contó: – ¡“Hace más de 20 años que vengo repitiendo “Shiring”!
Con el tiempo, he podido concluir que la oración, esto es, la conversación con el Señor, carente de letanías, es la mejor conexión con Dios, no siendo necesario recurrir a ninguna técnica especial, ya que todo lo relacionado con El es simple!
Quedé muy decepcionada con mi búsqueda. Sin embargo, mi cuñado Oscar Preuss, casado con mi hermana María Alicia, que también andaba en esta búsqueda espiritual, un día, ya hace más de 30 años, me dijo: – “Cuñadita: tengo lo que tú quieres”, entendí, de inmediato, que me iba a compartir algo que iba a cambiar el curso de mi vida, (¡¡ y así no más fue!!), me contó que estaba yendo, los días lunes a las 19.00 hrs. a un Grupo de Oración de la Renovación en el Espíritu Santo, en la Iglesia San Francisco de Sales, ubicada en calle Diagonal Oriente con Manuel Montt.
La Renovación en el Espíritu Santo es un movimiento dentro de la Iglesia Católica que vuelve a los inicios de la Iglesia fundada por Jesús, en que se cumple lo dicho por El, en el sentido de que “donde dos o más personas se reúnen en el nombre de Dios, ahí estará El”. El Santo Padre Francisco es un convencido Renovado.
Ya, al primer Lunes que fui al Grupo de Oración, sentí un gozo en el alma increíble, una conexión con el Señor difícil de encontrar en otra parte, por lo que, a este encuentro lo denomino “La Mejor Hora de la Semana”, porque, para mí, es “recargar baterías” en este mundo tan alejado de Dios.
Mi confianza en el Señor no tiene límites, siempre digo que lo que me pasa con Jesús no es Fe en El, algo abstracto, sino que la Certeza de que existe, de que me ama como yo lo amo, que me protege, que está siempre ayudándome (¡me emociono frente a lo que escribo!).
Debo agregar que soy súper pedigüeña y El me ha demostrado que siempre me escucha, muchas veces no me da lo que le pido, pero el tiempo me hace saber que era lo mejor para mí, porque siempre sólo el Señor sabe lo que es mejor para cada uno. El quiere, y se da tiempo para escucharnos a todos.
ANTES DE CONOCER A JESUS:
CASI PIERDO LA VISION DE MI OJO DERECHO:
Estando en el colegio, se me ocurrió hacer un orden profundo, saqué una enorme cantidad de papeles e hice una fogata frente a la casa que compartía con mis papás (¡hoy me habrían sacado una multa por contaminar el aire!).
Al fuego tiré unos remedios…(¡No sé cómo se me ocurrió hacer tremendo disparate!)… sentí varias explosiones (¡¿Qué contendrán para que pase esto, pregunto yo?!!).
De repente, un carbón me impactó, violentamente dentro del ojo derecho, lo único que atiné a decir fue: “¡¡Dios mío… mi ojo!!”.
Entré corriendo y me saqué el carbón, el ojo empezó a sangrar. Salió mi mamá y me llevó, inmediatamente, a la clínica. Me revisó el oculista que dijo: – “¡Su ojo se ha salvado, nadie que llega así lo ha hecho!
Estuve con un parche más de un mes, pero sé que, sólo, fue El, quien me ayudó.
EN PANNE (¡¡PARECE QUE TENGO UN ANGEL MECANICO!!):
FRENTE AL PARQUE FORESTAL:
Apenas recibí mi primer sueldo, como egresada de derecho, me compré un auto: nada más ni nada menos que un BMW: ¡una Isetta!, más conocida como “un huevito”, que me encantaba y hasta a Viña iba, lo atendía un italiano, don Gigi, el único mecánico que conocía esos motores de 300 cc, porque eran muy especiales.
Un día lluvioso de invierno, tipo 20.00 hrs., circulaba en dirección a mi casa frente al Parque Forestal, me quedé en panne, en ese momento se acercó un hombre y me dijo: – “Soy mecánico, siempre me pongo en este lugar por si una persona se queda en panne”. Quedé sorprendida, me arregló el motor y ni siquiera me cobró.
La verdad es que todo esto me pareció rarísimo: ¿quién se queda en panne en ese lugar?… ¡esa persona se moriría de hambre!… nunca más lo vi!!
PARTE TRIPLE:
Debo reconocer que era bastante atrevida en “mi huevito”: en una oportunidad cometí una infracción triple: doblé a la derecha en Alameda con Mac Iver, no debiendo hacerlo, me metí a una hora en que sólo debían ingresar buses, y, además, pasé con luz roja. Para mala suerte mía estaba un carabinero que, obviamente, me detuvo.
Entregué mis documentos sin decir nada porque…“¿que podía decir?”.
Estaba esperando que me pasaran el parte, por no decir, los tres, cuando se acercó un señor, que nunca había visto, habló con el carabinero y éste me devolvió los documentos. En esa época no tuve explicación, hoy pienso que fue un Angel enviado por Dios.
EN “AGUA DE PIEDRA”:
Fernando, de joven, era lo que llamamos “un tuerca”, tenía un Austin Mini Cooper, con eje de leva de competición, palanca al piso de forma especial, volante de piloto de competición, toma de aire en el capot, llantas y guardafangos especiales, un tubo de escape que tronaba, ¡hasta el motor le había cambiado!
Un día volvíamos de Viña del Mar, tipo 10.00 de la noche pasamos a comer al restaurante “Agua de Piedra”, estaba lleno de gente, por lo que tuvimos que estacionarnos bastante lejos, en un lugar en que ni siquiera había luz, además que coincidía con una noche oscura sin luna.
Cuando terminamos de comer ya no quedaba nadie. Nos dirigimos donde estaba el auto, que de lejos no se veía, Fernando puso la llave en el motor de partida y el auto no respondió, nos bajamos, abrió el capot, la verdad, según dice él que “de mecánica sabe tanto como de astronomía”, es decir nada, movió algunos cables por si algo se había soltado.
En eso estábamos cuando aparecieron, de la nada, tres tipos altos que no tenían pinta de mecánicos, y uno de ellos dijo: – “Yo sé lo que tiene el auto”. (Me pareció súper raro: ¡cómo alguien, sin que le digas nada puede decir eso!)
Francamente no sé que hizo pero el auto se arregló. Impactada con lo que estaba sucediendo les pregunté: “¿Uds. son mecánicos?”. Se miraron entre ellos, se sonrieron, y no me contestaron. Insistí: ¿Son Uds. de Santiago?, pasó exactamente lo mismo, y no me contestaron, por lo que opté por quedarme callada.
Sin alcanzar a agradecerles, ellos ya no estaban, volvimos al restaurante, donde además hay una bomba de bencina, le preguntamos al atendedor si había visto a los tres tipos, ¡él no había visto a nadie!
Obviamente, no teníamos explicación de lo sucedido, sin embargo, una vez tuve la oportunidad de leer el libro “Angeles en la Tierra”, donde dice que el Señor, muchas veces, al vernos en dificultades, nos manda ángeles en forma de personas cuya característica es que no se identifican. ¡Eso había pasado!: ¡el Señor nos había ayudado!, ¡sin ni siquiera habérselo pedido!
FRENTE AL HOTEL CROWNE PLAZA:
Un día caluroso de enero, iba, alrededor de las 14.00 hrs., por calle Alameda hacia el oriente en mi auto Nissan, recién comprado, frente al Hotel Crowne Plaza me quedé en panne.
Ni siquiera me dieron ganas de bajar, por lo que pedí al Señor: -“Sácame de aquí”. En ese momento, un hombre pasó delante del auto, se acercó y me dijo: -“Soy un hombre de Bien”, entendí perfectamente que Dios me lo estaba mandando. Me explicó que tenía en el bolsillo de su camisa una lija para platinos, me pidió que abriera el capot, limpió los platinos y echó a andar el auto, ante mi mirada atónita.
Me dijo que me iba a acompañar porque me podía quedar en panne nuevamente. La verdad es que cuando confío en Dios no tengo temores, por lo que le hice subir. ¡En otra ocasión no lo haría por ningún motivo, sería una imprudencia de mi parte!
No habríamos recorrido ni 100 metros y el auto se detuvo en plena Plaza Italia, se bajó, me pidió que abriera nuevamente el capot, me explicó que era una falla de la bomba de bencina, no sé que hizo pero, nuevamente, el auto partió, y me acompañó hasta el Servicio Técnico de la Nissan que estaba súper lejos, en la calle Pajaritos de Maipú. Le agradecí y se fue sin siquiera alcanzar a darle una propina por todo lo que me había ayudado. En el Servicio Técnico ¡ni siquiera me cobraron!
SANACION DE UN TUMOR EN LA HIPOFISIS:
Desde, aproximadamente, los doce años empecé a tener fuertes dolores de cabeza, principalmente, al lado izquierdo de la sien. Visité todo tipo de médicos y tomé una gran cantidad de remedios. Sin embargo, los dolores no cedían. Seguí así mi vida considerándome una persona “jaquecosa”, aguantando los dolores.
De repente, en el mes de Noviembre del año 1974, comencé a ver doble y quebrado, y a sentir un continuo sopor, que me dejaba postrada en cama. Ante lo cual, mi marido, – yo estaba recién casada – llamó al oftalmólogo Dr. Carlos Salinas Duvauchelle, quien, por teléfono, me dijo que me mirara en un espejo, que sonriera, y que le dijera “como veía las comisuras de mi boca”, le dije: -“ ¡el lado derecho lo veo mucho más bajo”!. Me contestó: “Es muy grave: o es un tumor interno o es la paralización de un músculo del ojo”. ¡Ambos diagnósticos me parecieron terribles!.
Por supuesto que quedamos muy preocupados, y, al día siguiente, fuimos donde la neurooftalmóloga Dra. Ximena Vicuña. Me hice un examen de campo visual, el que demostró una gran retracción, diagnosticándome Diplopia o Hemianopsia Bitemporal (visión doble y quebrada) por un posible Tumor en la Hipófisis. La Dra. Vicuña me recomendó ir de urgencia al Instituto de Neurocirugía para que me atendiera el mejor Neurocirujano: el Dr. Luciano Basauri y su equipo médico.
Los exámenes practicados, entre ellos, Radiografía del Cráneo, Pruebas Endocrinas y Angiografía, arrojaron un diagnóstico contundente: ¡tenia un Tumor en la Hipófisis!, denominado, clínicamente, Tumor Sellar, Suprasellar en la Región Carotídea Izquierda, que había crecido durante años erosionando la silla turca, de allí los dolores de cabeza, y, había salido hacia arriba presionando los nervios ópticos provocando la visión doble y quebrada.
El médico habló con mi marido y le dijo que yo debía operarme dentro del plazo de 15 días porque, de lo contrario, empezaría a perder la vista por cuadrantes, hasta quedar ciega.
Ante la pregunta de mi marido de si, con la operación, se me quitarían los dolores, el Dr. Basauri dijo que sí, ya que no habría presión en la silla turca, y, respecto de si recuperaría la vista, el médico le dijo que no, porque el nervio óptico ya estaba dañado y es irrecuperable: ¡Este es un axioma médico!.
¡Sin embargo, para Dios no hay axiomas médicos, como Uds. verán!:
La operación, que duraría más de siete horas, consistía en trepanar el cráneo, extraer la hipófisis y bombardear la silla turca con cobalto. No era posible hacer la operación por el paladar porque la silla turca estaba erosionada, en el clinoides anterior izquierdo, según detectó la Radiografía de Cráneo, y, al colocar un perno ¡estaría siempre goteando, por la nariz, líquido céfalorraquídeo!
Ante esta solución médica, Fernando tomó la decisión de retirarme del Instituto de Neurocirugía porque la consideró espantosa. Obviamente, fue catalogado de loco no sólo por los médicos sino que también por mi familia.
¡Quizás Uds. también hubiesen pensado lo mismo!, de no saber que la decisión estuvo iluminada por Dios, y, fundamentada en la experiencia de sanación, de mi suegra Raquel, con Naturismo, bajo la supervigilancia de don Manuel Lezaeta Acharán. Ella sanó de Síndrome de Reynaud, esta es una enfermedad en que no llega circulación a los dedos y se termina con su amputación. Ante esta experiencia, mi marido estudió el tema y se convenció del Naturismo, tanto para recuperar la salud, como para mantenerla.
Cuando mi marido me retiró de Neurocirugía me atendió el maravilloso iriólogo naturista, químico farmacéutico, don Silvio Rozzi Sachetti (q.e.p.d), a quien le agradezco su sabiduría y bondad. El me diagnosticó el tumor por el iris y me dio un tratamiento consistente en baños de vapor diarios, baños vitales, fajas derivativas, que son compresas de agua, porque yo tenía mala circulación y la cataplasma de barro no reaccionaría, y, fitoterapia, esto es, diversas hierbas medicinales, además me dio un régimen alimenticio de desintoxicación consistente, exclusivamente, en frutas durante un mes, y, al mes siguiente, el almuerzo fue reemplazado por verduras crudas.
Además, me recomendó la aplicación de una cataplasma de cebolla en el cuello, para desinflamar la Hipófisis. ¡Me pareció rarísimo!, ante lo cual el querido don Silvio me dijo: -“Hija, ¿dónde te hicieron la angiografía?. Bueno, le contesté: – ¡“Me inyectaron un líquido colorante en el cuello, en la carótida, para sacar un contrastado del cerebro, todo ello con anestesia”!. Así es, me dijo: “el jugo de la cebolla subirá hacia el cerebro ayudando a desinflamar el tumor”. ¡Quedé impresionada con sus conocimientos!.
Cuando le preguntamos cuánto tiempo duraría mi sanación me dijo: -“Sesenta días”. La verdad es que en ese momento ¡me pareció una eternidad!.
Fernando era un convencido del Naturismo pero, realmente, se asustó porque, una cosa es sanarse de la mala circulación de las extremidades y ¡otra es sanarse de un tumor en la cabeza!. Oró y pidió al Señor que lo iluminara respecto de si la decisión correcta era que yo siguiera el tratamiento naturista, o, si debía someterme a la operación.
El Señor lo escuchó: al día siguiente cuando fue a cancelar la semana que estuve en Neurocirugía, que, entre paréntesis, ¡salió más cara que todo el tratamiento naturista!, se encontró, “casualmente” con el Dr. Basauri. Cuando éste le preguntó cómo estaba “la enferma”, él le contestó que mejor y “que si Dios quería me iba a sanar”, el Dr. Basauri le dijo: -“Entre Dios y el tumor, yo me quedo con el tumor”. ¡Fue la respuesta que iluminó a mi marido!. La sanación no estaba en la sala de operaciones, sino en los agentes de la Naturaleza creados por El.
Comencé mi tratamiento, con una rigurosidad a prueba de toda tentación, poco a poco empecé a sentirme mejor, se me quitaron los dolores de cabeza y la visión, al principio seguía igual, pero no peor. Al noveno día me sentí muy mal y la visión se empeoró, tuve hemorragia nasal.
Nos asustamos y llamamos a don Silvio, él nos tranquilizó, ya que nos dijo: -“¡Se ha salvado! ¡es una crisis depurativa que se repetirá hasta sanar totalmente!, ¡va a ser como subir una escalera, cada peldaño que suba será un estado mejor de salud!”.
Tal como dijo el inolvidable don Silvio, así sucedió. Paulatinamente, empecé a ver mejor, y, alrededor de los 45 días, había recuperado totalmente la vista: – “Fue como nacer de nuevo”.
Gracias a Dios tengo muy buena salud, llena de vitalidad. Por supuesto, sigo siendo naturista, me doy baños de vapor, o sauna, y juego tenis por lo menos cuatro veces por semana. Nada de eso lo hago con sacrificio, ¡me encanta!, ¡disfruto de la alimentación vegetariana y de las prácticas naturistas!
Si seguimos una vida dentro de los principios que les he compartido, van a tener, con toda seguridad, una vida muy saludable. Don Silvio Rozzi falleció cerca de los 90 años, trabajando, lleno de vitalidad, hasta el último día, ¡fue un ejemplo de consecuencia!
Hago mías las palabras de don Manuel Lezaeta Acharán, sacadas de la página 150 de su libro “La Medicina Natural al Alcance de Todos”: – “La Naturaleza – vale decir la energía vital – es la que cura, o sea, restablece la normalidad funcional del organismo que es salud integral”.
“La Ley de la Vida es Ley de Salud. El Creador nos ha dado la vida para vivir sanos, siendo la enfermedad fruto de nuestra ignorancia y errores”.
DESPUES DE CONOCER A JESUS:
Obviamente, cuando se encuentra algo tan espectacular, queremos compartirlo con otros. Al primero que me dirigí fue a mi marido, quien, ante las distintas oportunidades en que se lo dije me contestaba: -“No tengo tiempo”… “Tengo mucho trabajo”… Decidí no hablarle más del tema. Entonces un día Lunes le dije al Señor: – “Intenté traer a Fernando a este Grupo de Oración, no lo conseguí, entonces tráelo Tú”.
No pasó más de dos días, y Fernando llegó tarde ese día Miércoles diciendo: – “No sabe lo que pasó”. Yo le dije: – “Chocó”. Sí, me respondió. Y agregó: – “¡No sabe como quedó el auto!”. Era un Honda Civic, recién comprado, que fue vendido como chatarra porque fue violentamente impactado por un Taxi que venía a exceso de velocidad por calle José Manuel Infante con Santa Isabel, haciéndole girar derecho contra un poste. ¡Salió en la primera página del diario El Mercurio!
Su primera reacción fue: -“Quiero ir al Grupo de Oración”, yo agradecí al Señor, pero le dije: – ¡¡“Que para otra vez no fuera tan violento”!!
A pesar de lo tremendo del choque sólo tuvo una fractura en la clavícula derecha, pero lo peor fue el impacto sicológico de este accidente porque sentía la repetición de ver venir el taxi contra él, a lo que se agregaba “lo incierto de la situación”, la “pérdida del auto recién comprado”, y también necesitaba saber “que le quería decir el Señor con todo eso”. Obviamente dormía pésimo.
Pasaban los días y seguía perturbado, por lo que una noche, después de ver la película “Manhattan” de Woody Allen (director que nos encanta), le pedí al Señor que me ayudara, busqué la Biblia, no la encontré, a pesar de que tenía un precioso ejemplar, pero, en mi velador tenía un librito que me había regalado mi papá que se llama “La Imitación de Cristo”, y que jamás había leído.
Lo abrí, precisamente, en el tema “Cómo Tomar Las Preocupaciones”, empecé a leerlo: ¡¡contenía las respuestas a todas sus inquietudes!!. (Después lo hojeé y no encontré nada igual.)
La primera respuesta fue: – “El Señor te manda preocupaciones para acercarnos a El”, ¡qué gran verdad!, necesitamos estar mal, para recurrir al Señor, ¡que básicos somos!.
Después decía: -“De lo incierto no te preocupes, porque pueda que suceda o pueda que no suceda, ¿de qué te preocupas?”, ¡otra verdad!, ¡cuánta energía y tiempo gastamos en pasarnos lo que llamamos “rollos”, sin tener certeza de lo que va a pasar, preocupándonos vanamente!
Por último salía: – “Los bienes materiales son míos, cuando quiera te los doy y cuando quiera te los vuelvo a dar”. Otra verdad: nuestra obligación es ser mejores personas, cualquiera sea nuestra realidad económica, teniendo presente que cuando muramos ni un peso nos vamos a llevar. ¡Qué sentido tiene toda esa vorágine materialista!. Por algo el Señor nos dice: – “Donde está tu corazón esta Dios”.
Fernando me pidió que le releyera todo: fue la primera noche que durmió tranquilo y la primera mañana que amaneció contento, se cumplió todo lo que salía en ese maravilloso librito. Desde entonces vamos a un Grupo de Oración, el juicio con el taxista fue justo, y lo más espectacular fue lo que les relato a continuación.
Fernando se había retirado del Ministerio de la Vivienda siendo contratado por la Empresa Constructora “Xilotécnica” como arquitecto.
Por tener la calidad de empleado particular de ese Ministerio, no había tenido derecho a recibir desahucio. Un día caminando por el centro se encontró con un ex compañero que le dijo: – “Fernando, te estábamos tratando de ubicar, tienes que pasar a la Oficina de Personal a retirar un cheque porque salió una modificación legal que asimiló a los empleados particulares a la condición de los públicos para los efectos del desahucio”.
Fernando se dirigió a la citada Oficina donde le entregaron ¡¡una suma exacta al valor del auto!!. ¡Ni un peso más, ni un peso menos! El Señor hizo lo que prometió: …”cuando quiera te lo vuelvo a dar”…¡¡Para El nada es imposible!!.
PRIMER DEPARTAMENTO:
Mi marido y yo trabajábamos en el Ministerio de la Vivienda, él como arquitecto y yo, como abogado. Había un Programa Especial de Vivienda para funcionarios. Postulamos a un departamento, reuníamos todos los requisitos para su adjudicación. Sin embargo, en el último momento nos informaron que se lo entregarían a la secretaria del Vicepresidente de la Corporación de la Vivienda.
Lo encontramos súper injusto ¡ya que nos habían pasado a llevar!,
No pasó más de un mes y salió una postulación para departamentos que estaba construyendo la Caja de Empleados Particulares (Empart) para sus imponentes, y ¡Fernando lo era!. Uno de los requisitos era: ¡No tener otro inmueble!. ¡¡El Señor sabía que lo mejor para nosotros no era, objetivamente, el otro departamento!!
Fernando se consiguió los planos del nuevo departamento: habían de dos tipos: uno de dos dormitorios y otro, de tres, todos con terraza. Nos gustaba, por distribución, el de tres.
Cuando llegó la fecha de entrega de los departamentos, nos dijeron que sólo podíamos postular al de dos dormitorios, ya que, en ese momento no teníamos hijos. No era nada de malo, pero, pedigüeña al fin, dije fuerte: -“Señor, danos uno de tres dormitorios”.
Al día siguiente, fuimos donde la contadora de una Bomba de Bencina que teníamos y nos encontramos “casualmente” con un amigo de Fernando, Oscar Kolbach, que trabajaba en Empart y que sabía que postulábamos, le comenté que, lamentablemente, no nos darían un departamento de tres dormitorios, a lo que me contestó: -“Tienes que hablar con Ana María Mellado”, le dije: -“¡¡Pero si es abogado y fue compañera mía en la Católica!!.
Fui donde Ana María, me expresó que la idea era distribuir según el número familiar, pero que, en nuestro caso, “con toda seguridad iba a variar”, por lo que sí podíamos postular al de tres dormitorios.
Para la entrega, Empart fijó un día en que las personas debían visitar los posibles departamentos a elegir y debían anotar en una hoja sólo tres opciones.
Como ya teníamos claro que departamento elegir, pedí ver el 1103, de la torre 3, que era nuestro preferido, y no quise ver ninguno más, diciéndole al encargado: – “¡¡A éste nos vamos a venir!!”. (Lo tiene que haber encontrado insólito porque las personas visitaban un sinnúmero de departamentos antes de optar).
Presenté las opciones un día lunes a primera hora: 903 – 1103 y 1303, subrayando el 1103 para indicar nuestra preferencia. A las 12.00 del día me llamaron y me dijeron que no era posible que nos entregaran alguno de esos departamentos porque todos estaban asignados.
Bueno, pensé – “Señor, que sea lo que tú quieras”. A las 15.00 hrs. del mismo día me volvieron a llamar diciéndome: – “¡¡Uds. pueden irse al departamento 1103 porque la persona asignada pidió trasladarse a otro departamento!!!”.
MI confianza en el Señor no claudicó jamás y ¡¡El nos regaló nuestro primer departamento!!. Me emociona recordarlo.
LOCAL COMERCIAL:
Nos gustaba tener una actividad paralela, pero, al final, sacamos la conclusión de que lo mejor es tener una actividad absolutamente relacionada con lo que uno hace y no tener que depender de otras personas.
Hace más de 25 años compramos un local comercial y pusimos un negocio. Lo cierto es que de comerciantes no tenemos nada y no teníamos idea de que los negocios no dan al principio, que hay que esperar por lo menos tres meses.
Es así como al primer mes, me faltaron $ 300.000.- de esa época, no sé cuánto será ahora, pero era bastante, perfectamente podrían ser unos $ 2.000.000.- porque correspondía al pago de sueldos, imposiciones, gastos, etc. Le pedí a Fernando que me los pasara, él me los dio, al segundo mes pasó lo mismo, llegó el tercer mes, y tampoco tenía esa suma. Volví a pedirle, y, me contestó que ya no contaba con ese dinero porque lo había invertido.
Entonces, como siempre, me dirigí a mi amado Jesús y le dije: – “Señor, dame los $ 300.000.- que me faltan“.
Ese mismo día estábamos invitados a comer a la casa de mi hermana María Alicia, Oscar, mi cuñado, el que me había dado el dato del Grupo de Oración comentó que se estaba retirando de Televisión Nacional pero que, lamentablemente, no le iban a pagar la Indemnización por Años de Servicio.
Como conocía a Jaime Pereira, abogado de ese Canal, le dije que iba a intentar ayudarlo. Oscar me respondió: – ª Si me dan $ 3.000.000.- yo te doy $ 300.000.-“. ¡Increíble1… yo ni siquiera le había hablado de mi necesidad económica. ¡Obviamente si lo sabía el Señor!
Hablé con Jaime, me expresó que la idea era que no se fueran los funcionarios, pero que iban a hacer una excepción en el caso de mi cuñado. No pasó más de una semana y se acercó Oscar, me mostró un Finiquito que decía: -“Páguese a Oscar Preuss la suma de $ 3.000.000”, y él me dijo: -“¿En qué quedamos?”… ¡¡¡y me giró el cheque por los $ 300.000.-!!!
PARCELA EN CURACAVI:
Se nos ocurrió meternos en un negocio agrícola, (¡no sé de donde sacamos esa peregrina idea!!. Compramos una parcela de 12 hectáreas en el Sector “La Pataguilla”, camino a María Pinto.
El proyecto era plantar Kiwis (de moda en esa época). Mientras poníamos el pozo, se hacía el proyecto, etc., etc., había que aprovechar las doce hectáreas para lo cual pedimos asesoría a muchos Ingenieros Agrónomos recibiendo todo tipo de respuestas, un amigo nos dijo que era bueno poner trigo porque había una Banda de Precio que nos favorecería.
Así lo hicimos, el trigo empezó a crecer, había que cosecharlo, y no teníamos cómo hacerlo porque el trigo no se sembraba en esa zona, sino que en la zona central.
Angustiados partimos una tarde a ver cómo lo solucionaríamos, increíblemente, a la bajada del túnel, vimos como por el camino venía ¡una enorme máquina cosechadora!… la hicimos parar, le explicamos nuestro problema, se dio la vuelta y nos dirigimos a la parcela donde realizó la cosecha. ¡Nunca más pusimos trigo!!
En otra oportunidad, pusimos papas, vino un temporal que hasta los caminos cortó, la única parcela que salvó su cosecha ¡¡fuimos nosotros!!. (Gracias Señor, una vez más nos estabas protegiendo!)
Al final, decidimos venderla, ¡¡no era lo nuestro!!
MI HIJO SEBASTIAN:
Siempre digo que mis hijos, Sebastián y Valentina, son regalos de Dios porque son personas maravillosas, de buenos sentimientos, preocupados por los demás, no andan detrás de las marcas ni de antojos materialistas. Soy una bendecida de Dios por tenerlos.
Cuando mi hijo mayor, Sebastián, tenía 3 años, le vino una fiebre altísima, cercana a los 40 grados y no comía nada. Lo vieron muchos médicos, partiendo por el Dr. Vicuña de la Clínica Las Condes.
Con él, en brazos, flaco y afiebrado, estuvimos en una Junta de Médicos en la Universidad Católica donde habían 25 doctores. Aún me acuerdo que uno de ellos estaba frente a un pizarrón anotando los posibles diagnósticos, la mayoría opinó que se trataba de Leucemia (tenía un nombre técnico que no me acuerdo) y había que hacerle una punción en la columna.
Llegué a la casa, me dirigí al Señor, golpeando mis rodillas y exclamando: – “¡¡ Señor, tú me lo regalaste, no me lo puedes quitar!!”. (¡Nunca más le he hablado así a EL, pero estaba desesperada…!).
Se le quitó de inmediato la fiebre, nunca más la tuvo, lo vieron los médicos y no podían entenderlo. Yo sí, sabía que, nuevamente, el Señor se había manifestado. ¡¡Gracias Señor!!
FERNANDO Y EL BANCO EN LIQUIDACION:
Un día Domingo, y frente a este sinnúmero de peticiones que hago al Señor, Fernando me dijo, que soy “una pedigüeña” (¡lo cual es cierto!), y, que El no tiene tiempo para atender tantos pedidos. Le dije que el Señor si tenía tiempo para atender a todos los que confiaran en El, que debíamos recurrir sólo a El, y no a intermediarios.
Por último, le dije que hiciera una prueba. Un tanto desafiante dijo: – “¡Entonces le encargo los honorarios del Parque “San Carlos”, de Puente Alto”!. Era la época del crash financiero, alrededor de los años 80, había quebrado el Banco Español Chile y estaba en pleno proceso de Liquidación, el Interventor había decidido que a los profesionales no se les iba a pagar.
El Señor hizo lo suyo. Al día siguiente, recibió un llamado telefónico: era el del nuevo Interventor del Banco, quien se presentó diciendo: – “Soy Luis Ignacio Vial, y he decidido que a los profesionales hay que pagarles. Mándame un abogado porque te voy a pagar con casas y hay que hacer una escritura de Dación en Pago”.
Por supuesto yo fui, redacté la escritura en que se le pagaba con cuatro casas de ese conjunto habitacional ¡¡recibiendo todos los honorarios adeudados!! ¡¡Jesús se pasa!!
ESCRITURAS BANCO EN LIQUIDACION:
Cuando tenía que ir a hablar con el Interventor del Banco pensé que no estaría nada de mal que yo fuera la abogada que redactara las 150 escrituras de compraventa del Parque San Carlos, por lo que se lo pedí al Señor.
Llevé mi Curriculum y pregunté a Luis Ignacio Vial respecto de la persona que iba a hacer las escrituras, me dijo que era Alejandro Silva, el hijo del Fiscal, es decir, tenía un tremendo “pituto”. (¡¡ Yo tenía uno mejor!!)
Entonces le entregué mis antecedentes, (que en otro momento no lo habría hecho porque habría sido una pérdida de tiempo) y le dije: – “Te lo entrego por si acaso”. Al día siguiente me llamó y me encargó las escrituras!!
EL NOMBRE DE JESUS POR ESCRITO:
Al más maravilloso conocimiento al que he podido acceder, ha sido, “casualmente”, la Radiestesia: denominación que viene del latín “radius”, en su acepción de radiación, y del griego “aisthesis”, sensibilidad.
Hay diversos estudios efectuados en Europa y Estados Unidos que indican que las radiaciones producidas por alteraciones geológicas, o napas de agua subterráneas, pueden producir cáncer, especialmente al hígado y al páncreas, reumatismo, epilepsia u otras enfermedades, especialmente en aquellas personas que duermen sobre esos lugares radiados.
Algunos de los más destacados radiestesistas son sacerdotes, como el padre Joao Almendras, de Brasil, el padre argentino Ricardo Luis Gerula y el jesuita José María Pilón, de España, quien, replicando las palabras del también radiestesista, el abate Alexis Mermet, señaló: -“Yo hago votos porque llegue el día en que todos los amigos del progreso se darán la mano para extender esta ciencia que será en beneficio de la Humanidad … pero esta nueva ciencia será, ante todo, un himno de perpetuo reconocimiento a Dios, autor de todas las leyes, creadas para la felicidad del hombre”.
Pedí a Jesús que me iluminara porque ¿qué sacaba con hacer Radiestesia si no tenía la solución para ayudar a las personas enfermas?
“Casualmente”, recibí la indicación de que debía poner el nombre de JESUS, por escrito, debajo de la cabecera y en los lugares donde trabajamos, es decir, donde permanecemos más tiempo.
Coincidentemente, también, en forma “casual”, recibí, de una persona del Movimiento Renovación en el Espíritu Santo, el Librito: “Las Maravillas del Santo Nombre” escrito por el Rvdo. Padre Paul O´ Sullivan, editado por Tan Books and Publishers Inc. P.O.Box 424, Rockford, Illinois 61105, U.S.A. y vendido, como el artículo 1824, a través de www.tambooks.com. En él se da cuenta de muchas sanaciones y milagros colocando “estampas con el nombre de JESÚS debajo de la almohada”.
Le pedí al Señor que me explicara este regalo divino. Al abrir el Nuevo Testamento (¡¡es “mi mail con JESUS”!!), me encontré con la respuesta en Hechos 4-30: “Mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades, señales y prodigios con el nombre de tu Santo Hijo JESÚS”.
Inmediatamente dije: – “Señor, ¡desde este momento no debo cobrar más!” (cobraba $ 30.000.- por un estudio radiestésico). Agregué: “Señor, confírmamelo”. Al abrir, nuevamente “mi mail”, me encontré con Mateo 26-15: “Judas dijo: ¿qué me queréis dar y yo os lo entregaré?” – refiriéndose a JESUS -. “Y ellos le asignaron 30 monedas de plata”. Conclusión: cobrar sería, para mí, lo mismo que hizo Judas: vender a JESÚS.
Ante toda esta Revelación, le digo al Señor: “¿Tú quieres que todo esto suceda para gloria tuya?, porque “¡la gente está tan preocupada de obtener logros materiales que ni se acuerdan de Dios!”.
Abrí, otra vez “mi mail con JESUS”, y la respuesta fue: Filipenses 2-9: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de JESÚS se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre”.
PROTECCION DE DIOS CONFIRMADA.
En una de las misas de Sanación del Movimiento Carismático, sucedían cosas increíbles: la presencia de JESUS era patente, muchas personas daban testimonio de sanación, otras caían en descanso en el Espíritu, otras eran liberadas de espíritus malignos, y, otras recibían mensajes del Señor, a través del sacerdote a cargo.
En una ocasión, en el momento de ungir a las personas y, al pasar frente a mí, mientras yo le pedía al Señor que me protegiera siempre, el sacerdote me dijo: “Hermana, date más tiempo para orar”.
Efectivamente, orar es estar conectado con el Señor. Desde ese momento, procuro estarlo todo el día. Después me dijo: “El Señor te tiene un regalo maravilloso. Alabo al Señor por el regalo que le tiene a la hermana”.
Las lágrimas saltaron de mis ojos de pura emoción, pero, no sabía exactamente de qué regalo se trataba. A la semana siguiente lo supe: ¡¡¡ Poder imponer las manos en el nombre de JESUS!!!
Por último, me dijo: – “No te preocupes, el Señor te está protegiendo siempre, yo veo sobre tí una luz blanca y una reja alrededor tuyo. No te preocupes”. De más está decir que la emoción de felicidad, y agradecimiento, ha sido la más grande que he tenido en mi vida”.
SANACION DE FERNANDO DE UN ACCIDENTE CEREBRO VASCULAR:
El día 13 de Septiembre del año 2010 tuvo una doble connotación: una alegre, el bautizo de Isidor, el segundo hijo de nuestro querido sobrino Cristián, y de Olivia, su señora francesa, que viven en Francia, y una triste: el anuncio de que mi marido Fernando Silva Guzmán – arquitecto – había sufrido un Accidente Cerebro Vascular detectado por un Scanner Cerebral, que fue realizado en Integramédica del Alto Las Condes: “Aspecto voluminoso hematoma subdural crónico reagudizado fronto parietal derecho con efecto de masa sobre el parénquima cerebral y ventrículos. Signos sugerentes de herniación subfalcina frontal”.
El médico que lo atendió lo derivó a la Clínica Tabancura, donde debía operarse de urgencia, a lo que mi marido se negó totalmente ante el riesgo de mortalidad o de secuelas, según expresiones del médico neurocirujano de esa Clínica, el Dr. Gellona.
Siete días después, el 20, sufrió una severa descompensación de su Diabetes que le provocó Insuficiencia Renal y Respiratoria, y compromiso de conciencia, ante lo cual llamé a HELP, llevándolo a la Clínica Santa María, allí ingresó por Urgencia, donde le tomaron otro Scanner cerebral, y fue internado en la pieza 723 de la UCI de dicho establecimiento.
Lo atendieron los médicos: Walter Feuerhake, neurólogo, y Osvaldo Koller, neurocirujano, que, plantearon, insistentemente, una solución quirúrgica.
Ante este terrible escenario recurrí, como siempre, al Señor mi Dios. Oré y le pedí que me iluminara respecto de lo que debíamos hacer: o someterse a la operación o someterse a un tratamiento naturista, al igual que yo, hace más de treinta años, en que me había sanado de un Tumor en la Hipófisis con complicación Visual (Diplopia o Hemianopsia Bitemporal), gracias a que mi marido me retiró del Instituto de Neurocirugía donde era atendida por el Neurocirujano Dr. Luciano Basauri (q.e.p.d).
Al abrir el Nuevo Testamento, que yo llamo “mi mail con Jesús” me encontré con el siguiente texto, en Hechos 8:36:- “Un ángel del Señor habló a Felipe diciendo levántate y ve hacia el sur”, agregando que “el se levantó y se fue”. Y el ángel le dijo: – “Acércate y júntate a ese carro” – el de un extranjero que leía este pasaje de la escritura: – “Como oveja a la muerte fue llevado, y como cordero mudo delante del que lo trasquila”, “porque fue quitada de la tierra su vida”.
Me pareció tan claro el texto: Fernando debía levantarse, salir de la Clínica, y, por ningún motivo operarse, porque no saldría con vida del quirófano.
Recibí también este maravilloso mensaje de mi amado Jesús: -“El Naturismo lo sanará, confíen en Mí, no lo operen”.
Con este gran respaldo, me dirigí a la Clínica Santa María el día Martes 21 en la tarde, acompañada de mi hijo Sebastián, decidida a sacar a mi marido de ese lugar, donde le dije a los médicos, y a dos hermanos de Fernando, que ni mis hijos ni yo autorizaríamos la operación porque estábamos absolutamente convencidos de que de ahí no saldría con vida.
Nos encontramos con una gran resistencia, incluso con la de Fernando que veía la solución por el lado médico. No trancé y, al despedirme, le dije a mi marido que esa noche tendría un sueño clarificador.
El día 22 llegué temprano, por expresa petición de mi marido, consulté con las enfermeras si su Glicemia se había estabilizado, lo que ya felizmente se había producido, y me dirigí a la pieza 723, allí Fernando me contó que efectivamente había tenido un sueño – el de su funeral -, y, a pesar de ello, me dijo que autorizaría la operación porque, por una parte, su brazo estaba peor, con dolor intenso, y por otra, porque el Dr. Koller le insistió que la única solución era la operación, advirtiéndole, además, que si se retiraba de la Clínica se moriría.
Ante su determinación le dije, llorando, que ya nada más podía hacer por lo que, cuando se fuera a operar, yo me despediría de él ya que tenía la certeza de que se moriría y nunca más lo volvería a ver. (Yo tengo presentimientos y sueños premonitorios que me permitieron visualizar la muerte de mis padres, de mi abuelita Ester y de mi hermana menor).
Al verme tan firme, finalmente accedió a retirarse de la Clínica previa firma bajo su responsabilidad.
Con un tratamiento Naturista intensivo, recomendado por el médico Naturista y Neurólogo Dr. Pedro Silva Jaramillo, basado en los agentes creados por Dios: agua (Hidroterapia), tierra (Fangoterapia), aire, sol, uso de hierbas medicinales (Fitoterapia) y alimentación exclusiva de frutas y verduras crudas, rápidamente Fernando comenzó su recuperación, al tercer día pudo volver a levantar su brazo izquierdo, ¡¡a los 21 días fue dado de alta!!.
Dios me dio la posibilidad de ayudar a mi marido, tal como lo hizo él conmigo. Nunca dejaremos de agradecer a Dios por habernos iluminado, y habernos dado la fe y fortaleza necesaria para seguir sus designios, sanándonos con su Medicina.
MI ESPECTACULAR GRUPO DE ORACION:
Desde que conozco al Señor, hemos asistido a varios grupos de oración, lamentablemente, algunos se disolvieron.
El año pasado (2013) nos propusimos volver a uno que nos llenara el alma. ¡¡Es como recargar baterías!! Un día martes hicimos un “tour” por varias Iglesias donde supuestamente habían grupos de oración: en ninguna de ellas funcionaban… no sé por qué!!.
Fernando me dijo: – “¡Yo creo que el “coludo” no quiere que estemos en ningún grupo de oración!”, le contesté inmediatamente: “¡El Señor me va a dar un buen grupo de oración!”. (¡Ese es mi nivel de confianza en el Señor!).
A la mañana siguiente, ubiqué, en Internet, la página de la Renovación, buscando algún grupo en el sector oriente, llamé a la Secretaría, me dieron el teléfono de Marianela Beltrán, ella me habló de un grupo, de reciente formación, y que, con toda seguridad, me iba a gustar, y era, precisamente, ese mismo día miércoles a las 10.30 de la mañana en la Parroquia de Los Castaños, en Vitacura.
Fui inmediatamente, me llenó el alma, es un grupo conectado con Dios como nunca había visto, agradecí a El por haberme dado ese maravilloso Grupo de Oración, le comenté a mi marido y empezamos a ir juntos todas las semanas, incluso participamos en el Ministerio de Música, con Antonio tocamos la guitarra, y Fernando tiene la oportunidad de alabar al Señor con la estupenda voz que Dios le dio.
VUELO DE BUENOS AIRES A BARILOCHE:
El día 8 de Febrero de este año, partíamos de vacaciones hacia Bariloche, con escala en Buenos Aires. Debíamos irnos en el vuelo que salía a las 9.30 hrs. pero, por problemas de tormenta, muy usuales en este tiempo en Argentina y de larga duración, por lo menos 4 hrs., según nos informaron, debimos partir a las 15.30 hrs.
De Buenos Aires partiríamos a las 19.30 hrs. hacia Bariloche.
A la hora prevista estábamos instalados en el avión, el cielo se cubrió de nubes negras, empezó a llover muy fuerte, la pista se llenó de agua, con olas, un viento súper fuerte movía el avión, era realmente preocupante porque los peligros de accidentes aéreos son al despegar y al aterrizar.
El piloto dijo fuerte: – “O salimos ahora mismo o no podemos hacerlo”. Las azafatas no podían cerrar la puerta del avión porque el fuerte viento lo impedía, lo hizo el piloto que quedó mojado como quien recibe un baldazo de agua.
Ante esta situación pongo mis manos en señal de oración (la verdad es que nunca hago este gesto) y le pido al Señor que pare la tormenta. Fernando, que según confesó estaba bastante asustado, acordándose del accidente de Juan Fernández, por lo de los vientos arrachados, se dio cuenta de que yo estaba orando.
El avión empezó a moverse lentamente por la pista bajo la tormenta. De un segundo a otro, se acabó la lluvia y el viento, el cielo se abrió y salió el sol, pudiendo viajar sin ningún problema.
Ante todo esto, una de las azafatas atinó a exclamar: -“¡¡Qué raro!!”…Yo sé porqué fue raro, porque el Señor dio muestras, una vez más, de todo su poder.
RESFRIO EN BARILOCHE:
Era de noche cuando llegamos a Bariloche, había un terrible viento helado. Mientras esperábamos al taxista, me congelé. Al día siguiente me desperté con un resfrío tremendo, tosiendo y debiendo sonarme a cada rato. Fernando fue testigo de esto.
Pensé: -“¡¡Que lata, primer día de vacaciones y estoy resfriada!!”. Nuevamente recurrí al Señor, le pedí que me lo quitara, sentí que El me indicó que me acercara a la ventana e hiciera respiraciones profundas.
Así lo hice y, de inmediato, se me acabó el resfrió. (¡¡Jesús es lejos el mejor médico!!)
DIA DE LOS ENAMORADOS EN BUENOS AIRES:
En Santiago habíamos encargado a la Agencia que nos reservara una mesa para una Cena que se haría en la noche del viernes 14 de Febrero. A Buenos Aires llegamos, de vuelta, a las 18.30 hrs. al Hotel Sheraton. Lo primero que nos preocupamos era de saber si teníamos la mesa reservada, la respuesta fue negativa tanto en el Hotel, como en el Operador de Buenos Aires, e, incluso en la Agencia de Santiago.
Intentamos ubicar otro lugar y todo había sido reservado por lo menos con 30 días de anticipación.
Fuimos al mismo lugar en que se realizaría la cena y tampoco pudimos hacer nada, cuando de repente salió una persona muy bien vestida, que perfectamente podía haber sido un pasajero, y se me “¿ocurrió?” preguntarle si trabajaba en el Hotel, sin contestar directamente nos dijo: – ¿por qué? y le explicamos lo que nos había pasado. Sin hacer más preguntas, tomó su celular, se comunicó con una persona y nos hizo una reserva para la cena de la noche. ¡¡Quedamos sorprendidos!! Qué gran ¿“casualidad”?!!
En la cena, que fue espectacular, nos enteramos que esa persona era nada más ni nada menos que el Gerente del Hotel. Sé que Jesús lo puso en nuestro camino, por eso digo que ese viaje lo hicimos de a tres: ¡¡Jesús, mi marido y yo!!
MAQUINA FOTOGRAFICA EN BUENOS AIRES:
Le sacamos el jugo a nuestra estadía, dejamos para el último día una visita a Buenos Aires Design (lugar de visita obligada para un arquitecto y para una decoradora (yo también lo soy, estudié en Inacap), y, al Patio Bullrich, un mall lujosísimo que sólo hay que recorrer.
Fernando, en un momento, cambió las pilas de la máquina fotográfica.
Volvimos al Hotel a la espera del Taxi que nos llevaría a Aeroparque, al ordenar las últimas cosas, se dio cuenta que no tenía la máquina, ¡¡con todas las fotos que había sacado!!.
Decidimos tomar rápidamente otro taxi, subimos las maletas y nos dirigimos a Buenos Aires Design, se bajó Fernando y se fue directamente a una cafetería, donde habíamos estado, preguntó por su Cámara y no estaba, bastante decepcionado llegamos al Patio Bullrich, no quiso bajarse y me pidió que fuera a buscarla. Le dijo al taxista que si encontraba la máquina sería un milagro. ¡¡Y así fue!!.
Entré, le pregunté al Guardia si le habían informado de alguna máquina fotográfica perdida, él preguntó al resto de los guardias y todos le contestaron que no. Perfectamente, y dada la hora, yo podría haber regresado al taxi dándole la mala noticia a mi marido.
Sin embargo, se me “¿ocurrió?” ir al lugar donde nos habíamos detenido, la verdad es que no llegué ahí sino que, de repente, me encontré subiendo unas escaleras que daban sólo al cine, (¡¡no tenía idea de que ese Mall tenía cine, a pesar de que había ido varias veces!!), lo que me obligó a bajar inmediatamente, enfrentándome a un stand de “Servicio al Cliente”, me acerqué y apenas alcancé a preguntar por la máquina, me la entregaron. Me la colgué al cuello y, al llegar al taxi, se la mostré a Fernando. ¡¡No lo podía creer!!
CAIDA PELIGROSA:
El 11 de Agosto del 2014 fui al Supermercado Santa Isabel de calle San Diego, iba entrando cuando me resbalé – habían hojas en el piso porque era un día ventoso – y me caí de espaldas, azotándome en primer lugar la cabeza según me lo dijo el guardia que presenció el accidente. Hubo un tremendo golpe, creí que me había fracturado el cráneo, me dolieron las mandíbulas.
Sabiendo que una caída de cabeza es muy peligrosa, sólo recé sin parar pidiéndole a mi amado Jesús que no me pasara nada, constaté que no había perdido el conocimiento y que podía mover el cuerpo.
Permanecí de espaldas en el suelo hasta que Llegó la Ambulancia del Seguro de Cencosud que me llevó a la Mutual de Seguridad, ubicada en calle Alameda con Ecuador.
El médico que me atendió hizo todas las pruebas necesarias para verificar mi estado de salud y, al no encontrar ningún problema, me dio de alta. ¡¡Gracias Señor una vez más!!.
“SE REPITE LA HISTORIA…PARA GLORIA DE DIOS”.
El día sábado 07 de Diciembre del año 2019, estando en nuestro maravilloso Grupo de Oración Carismático, de la Parroquia Santa Marta, en el cual colaboramos con la música: mi marido, arquitecto Fernando Silva Guzmán, cantando con su excelente voz, y yo, con mi guitarra.
Empecé a notar que Fernando se equivocaba con las letras de las canciones, lo miré, y muy preocupada, abandoné la guitarra, me despedí, y nos dirigimos rápidamente a Urgencia de la Clínica Cordillera. Pedí un Scanner Cerebral, porque presentí que algo grave tenía.
El resultado fue lapidario: -“Hematoma Subdural crónico fronto parietal izquierdo parcialmente reagudizado, de 18 mm. de espesor máximo a nivel frontal, el cual disminuye el subacnoideo y surcos de la convexidad subyacente y el ventrículo ipsilateral, desviando la línea media 6 mm a la derecha”.
La Dra. Josefina Bascuñán me indicó que, dado el estado de gravedad de Fernando, con “alteración de la comprensión y emisión del lenguaje”, y, deficiencia de la parte motora derecha, debía atenderlo de inmediato un Médico Neurocirujano, porque era inminente una intervención quirúrgica.
Ante su asombro, y del resto del equipo médico, le indiqué que lo retiraría para someterlo a un tratamiento de Medicina Natural, ya que antes habíamos pasado por esa experiencia.
Efectivamente, el día 21 de Septiembre del año 2010, los Dres. Walter Feuerhake y Osvaldo Koller, de la Clínica Santa María, frente al mismo diagnóstico de Hematoma Subdural, terminaron por reconocer que la intervención quirúrgica implicaba riesgo de muerte para Fernando, por lo que, obviamente, y, por inspiración divina, procedí a retirarlo a fin de que se sometiera a un Tratamiento Naturista en la Villa de Vida Natural, apoyado por el Médico Naturista y Neurólogo Dr. Pedro Silva Jaramillo.
Tal como en esa oportunidad, esta vez, y como siempre, recurrí a mi amado JESUS.
Mis espectaculares conocimientos de Radiestesia, que considero un regalo divino, me permitieron obtener los siguientes mensajes del Señor. En el año 2010, fue el siguiente: – “El Naturismo, lo sanará, confíen en Mí, no lo operen.” Así lo hice, y se sanó sin intervención médica.
Esta vez, fueron varios los mensajes: – el primero fue: -“Que se cuide su Diabetes que lo tiene enfermo, se sanará esta vez, pero no habrá otra oportunidad, si no se cuida”. La verdad es que, o nada, de cuidadoso era Fernando con su Diabetes, ¡¡ahora tiene una gran responsabilidad con su salud!!, ha prometido, por agradecimiento al Señor, ser muy riguroso con su Diabetes. El Señor le dio esta nueva oportunidad!!.El 15 de Diciembre, recibí el siguiente Mensaje: -“Debe estar tranquilo porque se sanará”. El 19 de Diciembre, este otro: -“El Naturismo lo sanará”.
El 23 de Diciembre, en que yo estaba muy preocupada, dada la gravedad de Fernando, y por ser el Naturismo de lenta recuperación, el Señor me reconfortó con este mensaje: – “Se sanará, no lo dudes”. Gracias Señor!!. De hecho, descartamos terapias como la Kinesiología y la Fonoaudiología, porque hay que respetar la evolución del organismo, la total sanación implica la recuperación de las funciones perdidas.
Y, el último mensaje, solicitado por Fernando, el 25 de enero de este año 2020, siendo testigo el Dr. Pedro Silva Jaramillo, fue el siguiente: “Te he sanado con mi Medicina Natural”. Obviamente, el Naturismo, o Medicina Natural, es la Medicina de Dios, ya que aplica los agentes de la Naturaleza, agua – Hidroterapia -, tierra, – Fangoterapia -, Alimentación en base a frutas y verduras y Hierbas Medicinales – Fitoterapia. Hipócrates, el Padre de la Medicina decía: -“La Naturaleza es la que cura” – “Naturamedicatrix”.
Para aplicar el Naturismo, y, dado que la Villa de Vida Natural, lamentablemente, no podía atenderlo porque Fernando no estaba autovalente, y, además, los tratamientos se realizan sólo hasta las 18.00 hrs. procedí a llevarlo a nuestro lindo departamento, adaptando una de las piezas como “UTI Naturista”, convirtiéndolo en una Mini Villa!!.
Contraté enfermeras de día y de noche, que aprendieron rápidamente las terapias naturistas. Agradezco especialmente a María Edith Cárdenas Gatica e Ivonne Romero Lillo, que abnegadamente, y con un ejemplar profesionalismo, procedieron diariamente a tomar los signos vitales, a aplicar rigurosamente las terapias naturales, consistentes en frotaciones de agua fría y casquetes de barro por 4 veces al día, más la alimentación basada en frutas y verduras, y, uso de hierbas medicinales.
Con este sencillo tratamiento – ¡¡Dios no es complicado!! – Fernando se sanó, recuperando todas sus funciones cognitivas, motoras y del habla.
¡¡GRACIAS NUEVAMENTE SEÑOR POR AMARNOS COMO NOS AMAS. ESTE ES UN NUEVO TESTIMONIO DE TODO TU PODER, Y ES PARA GLORIA TUYA!!
MARIA EUGENIA ARRATIA MAHUZIER