Santiago de Chile.
Testimonios de Vida
MARÍA EUGENIA ARRATIA MAHUZIER: (VOLVER A NACER)
Desde, aproximadamente, los doce años empecé a tener fuertes dolores de cabeza, principalmente, al lado izquierdo de la sien. Visité todo tipo de médicos y tomé una gran cantidad de remedios. Sin embargo, los dolores no cedían. Seguí así mi vida considerándome una persona “jaquecosa”, aguantando los dolores.
De repente, en el mes de Noviembre del año 1974, comencé a ver doble y quebrado, y a sentir un continuo sopor, que me dejaba postrada en cama. Ante lo cual, mi marido, - yo estaba recién casada - llamó al oftalmólogo Dr. Carlos Salinas Duvauchelle, quien, por teléfono, me dijo que me mirara en un espejo, que sonriera, y que le dijera “como veía las comisuras de mi boca”, le dije: -“ ¡el lado derecho lo veo mucho más bajo”!. Me contestó: “Es muy grave: o es un tumor interno o es la paralización de un músculo del ojo”. ¡Ambos diagnósticos me parecieron terribles!.
Por supuesto que quedamos muy preocupados, y, al día siguiente, fuimos donde la neurooftalmóloga Dra. Ximena Vicuña. Me hice un examen de campo visual, el que demostró una gran retracción, diagnosticándome Diplopia o Hemianopsia Bitemporal ( visión doble y quebrada ) por un posible Tumor a la Hipófisis. La Dra. Vicuña me recomendó ir de urgencia al Instituto de Neurocirugía para que me atendiera el mejor Neurocirujano: el Dr. Luciano Basauri y su equipo médico.
Los exámenes practicados, entre ellos, Radiografía del Cráneo, Pruebas Endocrinas y Angiografía, arrojaron un diagnóstico contundente: ¡tenia un Tumor en la Hipófisis!, denominado, clínicamente, Tumor Sellar, Suprasellar en la Región Carotídea Izquierda, que había crecido durante años erosionando la silla turca, de allí los dolores de cabeza, y, había salido hacia arriba presionando los nervios ópticos provocando la visión doble y quebrada.
El médico habló con mi marido y le dijo que yo debía operarme dentro del plazo de 15 días porque, de lo contrario, empezaría a perder la vista por cuadrantes, hasta quedar ciega.
Ante la pregunta de mi marido de si, con la operación, se me quitarían los dolores, el Dr. Basauri dijo que sí, ya que no habría presión en la silla turca, y, respecto de si recuperaría la vista, el médico le dijo que no, porque el nervio óptico ya estaba dañado y es irrecuperable: ¡Este es un axioma médico!.
¡Sin embargo para Dios no hay axiomas médicos, como Uds. verán!:
La operación, que duraría más de siete horas, consistía en trepanar el cráneo, extraer la hipófisis y bombardear la silla turca con cobalto. No era posible hacer la operación por el paladar porque la silla turca estaba erosionada, en el clinoides anterior izquierdo, según detectó la Radiografía de Cráneo, y, al colocar un perno ¡estaría siempre goteando, por la nariz, líquido céfalorraquídeo!
Ante esta solución médica, mi marido tomó la decisión de retirarme del Instituto de Neurocirugía porque la consideró espantosa. Obviamente, fue catalogado de loco no sólo por los médicos sino que también por mi familia.
¡Quizás Uds. también hubiesen pensado lo mismo!, de no saber que la decisión estuvo iluminada por Dios, y, fundamentada en la experiencia de sanación, de mi suegra Raquel, con Naturismo, bajo las indicaciones de don Manuel Lezaeta Acharán. Ella sanó de Síndrome de Reynaud, esta es una enfermedad en que no llega circulación a los dedos y se termina con su amputación. Ante esta experiencia, mi marido estudió el tema y se convenció del Naturismo, tanto para recuperar la salud, como para mantenerla.
Cuando mi marido me retiró de Neurocirugía me atendió el maravilloso iriólogo naturista, químico farmacéutico, don Silvio Rozzi Sachetti (q.e.p.d), a quien le agradezco su sabiduría y bondad. El me diagnosticó el tumor por el iris y me dio un tratamiento consistente en baños de vapor diarios, baños vitales, fajas derivativas, que son compresas de agua, porque yo tenía mala circulación, la cataplasma de barro no reaccionaría y fitoterapia, esto es, diversas hierbas medicinales, además me dio un régimen alimenticio de desintoxicación consistente, exclusivamente, en frutas durante un mes, y, al mes siguiente, el almuerzo fue reemplazado por verduras crudas.
Además, me recomendó la aplicación de una cataplasma de cebolla en el cuello, para desinflamar la Hipófisis. ¡Me pareció rarísimo!, ante lo cual el querido don Silvio me dijo: -“Hija, ¿donde te hicieron la angiografía?. Bueno, le contesté: - ¡“Me inyectaron un líquido colorante en el cuello, en la carótida, para sacar un contrastado del cerebro, todo ello con anestesia”!. Así es, me dijo: “el jugo de la cebolla subirá hacia el cerebro ayudando a desinflamar el tumor”. ¡Quedé impresionada con sus conocimientos!.
Cuando le preguntamos cuánto tiempo duraría mi sanación me dijo: -“Sesenta días”. La verdad es que en ese momento ¡me pareció una eternidad!.
Mi marido era un convencido del Naturismo pero, realmente, se asustó porque, una cosa es sanarse de la mala circulación de las extremidades y ¡otra es sanarse de un tumor en la cabeza!. Oró y pidió al Señor que lo iluminara respecto a si la decisión correcta era que yo siguiera el tratamiento naturista, o, si debía someterme a la operación.
El Señor lo escuchó: al día siguiente cuando mi marido fue a cancelar la semana que estuve en Neurocirugía, que, entre paréntesis, ¡salió más cara que todo el tratamiento naturista!, se encontró, “casualmente” con el Dr. Basauri. Cuando éste le preguntó cómo estaba “la enferma”, él le contestó que mejor y “que si Dios quería yo me iba a sanar”, el Dr. Basauri le dijo: -“Entre Dios y el tumor, yo me quedo con el tumor”. ¡Fue la respuesta que iluminó a mi marido!. La sanación no estaba en la sala de operaciones, sino en los agentes de la Naturaleza creados por El.
Comencé mi tratamiento, con una rigurosidad a prueba de toda tentación, poco a poco empecé a sentirme mejor, se me quitaron los dolores de cabeza y la visión, al principio seguía igual, pero no peor. Al noveno día me sentí muy mal y la visión se empeoró, tuve hemorragia nasal.
Nos asustamos y llamamos a don Silvio, él nos tranquilizó, ya que nos dijo: -“¡ Se ha salvado! ¡es una crisis depurativa que se repetirá hasta sanar totalmente!, ¡va a ser como subir una escalera, cada peldaño que suba será un estado mejor de salud!”.
Tal como dijo el inolvidable don Silvio, así sucedió. Paulatinamente, empecé a ver mejor, y, alrededor de los 45 días, había recuperado totalmente la vista: “Fue como nacer de nuevo”.
Sigo siendo naturista, me doy por lo menos dos baños de vapor o sauna a la semana y practico tenis cuatro veces por semana. Nada de eso lo hago con sacrificio, ¡me encanta!, ¡disfruto de la alimentación vegetariana y de las prácticas naturistas!
¡Por eso, este es un testimonio a la generosidad sin límites del Señor!.
Por último, les puedo decir que si seguimos una vida dentro de los principios que les he compartido, van a tener, con toda seguridad, una vida muy saludable. Don Silvio Rozzi falleció cerca de los 90 años, trabajando, lleno de vitalidad, hasta el último día, ¡fue un ejemplo de consecuencia!
Hago mías las palabras de don Manuel Lezaeta Acharán, sacadas de la página 150 de su libro “La Medicina Natural al Alcance de Todos”: - “La Naturaleza – vale decir la energía vital – es la que cura, o sea, restablece la normalidad funcional del organismo que es salud integral, La Ley de la Vida es Ley de Salud. El Creador nos ha dado la vida para vivir sanos, siendo la enfermedad fruto de nuestra ignorancia y errores”.
¡No se trata de agregar años a la vida, sino que vida a los años!.
MARÍA EUGENIA ARRATIA MAHUZIER: (VUELTA DE MANO)
El día 13 de Septiembre de este año – 2010 – tuvo una doble connotación: una alegre, el bautizo de Isidor, el segundo hijo de nuestro querido sobrino Cristián, y de Olivia, su señora francesa, y una triste: el anuncio de que mi marido Fernando Silva Guzmán – arquitecto - había sufrido un Accidente Cerebro Vascular detectado por un Scanner Cerebral, realizado en Integramédica del Alto Las Condes consistente en: “Aspecto voluminoso hematoma subdural crónico reagudizado fronto parietal derecho con efecto de masa sobre el parénquima cerebral y ventrículos. Signos sugerentes de herniación subfalcina frontal”, que nos derivó a la Clínica Tabancura donde debía operarse dentro de 72 horas, a lo que mi marido se negó terminantemente ante el riesgo de mortalidad o de secuelas, según expresiones del médico neurocirujano de esa Clínica, el Dr. Gellona.
Siete días después, el 20, sufrió una severa descompensación de su Diabetes que le provocó Insuficiencia Renal y Respiratoria, y compromiso de conciencia, ante lo cual llamé a HELP, que, ante su gravedad, lo llevó a la Clínica Santa María, allí ingresó por Urgencia, donde le tomaron otro Scanner cerebral, y fue internado en la pieza 723 de la UCI de dicho establecimiento.
Lo atendieron los médicos: Walter Feuerhake, neurólogo, y Osvaldo Koller, neurocirujano, que, inmediatamente, plantearon, insistentemente, una solución quirúrgica.
Ante este terrible escenario recurrí, como siempre, al Señor mi Dios. Oré y le pedí que me iluminara respecto de lo que debíamos hacer: o someterse a la operación, o realizar un tratamiento naturista.
Al abrir el Nuevo Testamento, que yo llamo “mi mail con Jesús” me encontré con el siguiente texto, en Hechos 8:36:- “Un ángel del Señor habló a Felipe diciendo levántate y ve hacia el sur”, agregando que “el se levantó y se fue”. Y el ángel le dijo: - “Acércate y júntate a ese carro” – el de un extranjero que leía este pasaje de la escritura: - “Como oveja a la muerte fue llevado, y como cordero mudo delante del que lo trasquila”, “porque fue quitada de la tierra su vida”.
Me pareció tan claro el texto: Fernando debía levantarse, salir de la Clínica, y, por ningún motivo operarse, porque no saldría con vida del quirófano.
Recibí también este maravilloso mensaje de mi amado Jesús: -“El Naturismo lo sanará, confíen en Mí, no lo operen”.
Con este tremendo respaldo me dirigí a la Clínica Santa María el día Martes 21 en la tarde, acompañada de mi hijo Sebastián, decidida a sacar a mi marido de ese lugar, donde le dije a los médicos y a dos hermanos de Fernando, que ni mis hijos ni yo autorizaríamos la operación. Nos encontramos con una fuerte oposición, incluso con la de Fernando que veía la solución por el lado médico. No trancé y, al despedirme, le dije a mi marido que esa noche tendría un sueño clarificador.
El día 22 llegué temprano, por expresa petición de mi marido, consulté con las enfermeras si su Glicemia se había estabilizado, lo que ya felizmente se había producido, y me dirigí a la pieza 723, allí Fernando me contó que efectivamente había tenido un sueño - el de su funeral -, y, a pesar de ello, me dijo que autorizaría la operación porque, por una parte, su brazo estaba peor, con dolor intenso, y por otra, porque el Dr. Koller le insistió que la única solución era la operación, advirtiéndole, además, que si se retiraba de la Clínica se moriría.
Ante su determinación le dije que ya nada más yo podía hacer por lo que cuando se fuera a operar yo me despediría de él ya que tenía la certeza de que se moriría y nunca más lo volvería a ver. (Yo tengo presentimientos y sueños premonitorios que me permitieron visualizar la muerte de mis padres, de mi abuelita Ester y de mi hermana menor).
Al verme tan firme, finalmente accedió a retirarse de la Clínica, previa firma de retiro bajo su responsabilidad.
Con un tratamiento Naturista intensivo, recomendado por el médico Naturista y Neurólogo Dr. Pedro Silva Jaramillo, basado en los agentes creados por Dios: agua (Hidroterapia), tierra (Fangoterapia), aire, sol, uso de hierbas medicinales (Fitoterapia) y alimentación exclusiva de frutas y verduras crudas, rápidamente Fernando comenzó su recuperación, encontrándose, a la fecha, totalmente sanado.
Dios me dio la posibilidad de ayudar a mi marido, tal como lo hizo él conmigo. Nunca dejaremos de agradecer a Dios por habernos iluminado y darnos la fe y fortaleza necesaria para seguir sus designios, sanándonos con su Medicina.
CLAUDETTE DUCHESNE BERNER: (autora del libro “COMO ME SANE DE ARTRITIS REUMATOIDE”).
www.claudetteduchesne.cl
“A los 12 años me detectaron artritis reumatoidea juvenil. Las crisis que tenía eran insoportables y cada vez se hacían más críticas. Después de deambular un par de años por distintos especialistas, llegué a manos de la Sra. Rosita. Ella rezaba junto a los enfermos me limpiaba el aura con sus manos y me daba a tomar infusiones de yerbas que ella misma me regalaba. Me daba salvia (me decía la salvia salva). Pese al pronóstico de los médicos, me mejoré. A los 28 años la artritis volvió a hacer estragos en mi cuerpo. Volví donde la Sra. Rosita, pero me dijo que había perdido el poder de sanación. Fue entonces que consulté a uno de los mejores reumatólogos y profesor. Inmediatamente empezaron las drogas. Después de cuatro años ya nada me importaba, ni mis tres hijas sanas y lindas, ni mi marido amoroso y trabajador. Lo único que quería era morir, pues los dolores eran insoportables. Los mejores médicos chilenos y extranjeros me dijeron que no se había encontrado remedio para esta enfermedad.
Queridas Artríticas y médicos: “No hay remedios que curen esta enfermedad, salvo un cambio de vida, tanto en la parte física y psíquica como espiritual”.
Esta fue mi experiencia: empecé un tratamiento naturista según las indicaciones de Don Rafael Lezaeta Perez Cotapos. Al segundo día, después de experimentar todo el tratamiento recomendado y leer el libro de Don Manuel Lezaeta Acharán, el gran naturista chileno, me di cuenta que iba a mejorar, pues todo lo que me ofrecían en este lugar era totalmente distinto a mi tratamiento anterior que consistía en diferentes drogas: (cortisona, 10 aspirinas diarias, y drogas para dormir y despertarme).Yo iba a ser protagonista de mi propia curación, ya no más ser paciente y tomar drogas, sino ser parte activa en mi propia mejoría las 24 horas del día.
Además hice todas las prácticas que me fueron encomendadas:
Alimentación sana y natural, tres meses de comer todo crudo, frutas y verduras, brotes de cereales y legumbres, Hidroterapia, Baños de Vapor, Geoterapia ( compresas de barro ),Fotiterapia ( yerbas medicinales ), Yoga, Masajes ( no se conocía la Reflexología), Compresas de Pasto Miel y Apiterapia”.
“SE REPITE LA HISTORIA…PARA GLORIA DE DIOS”.
El día sábado 07 de Diciembre del año 2019, estando en nuestro maravilloso Grupo de Oración Carismático, de la Parroquia Santa Marta, en el cual colaboramos con la música: mi marido, arquitecto Fernando Silva Guzmán, cantando con su excelente voz, y yo, con mi guitarra.
Empecé a notar que Fernando se equivocaba con las letras de las canciones, lo miré, y muy preocupada, abandoné la guitarra, me despedí, y nos dirigimos rápidamente a Urgencia de la Clínica Cordillera. Pedí un Scanner Cerebral, porque presentí que algo grave tenía.
El resultado fue lapidario: -“Hematoma Subdural crónico fronto parietal izquierdo parcialmente reagudizado, de 18 mm. de espesor máximo a nivel frontal, el cual disminuye el subacnoideo y surcos de la convexidad subyacente y el ventrículo ipsilateral, desviando la línea media 6 mm a la derecha”.
La Dra. Josefina Bascuñán me indicó que, dado el estado de gravedad de Fernando, con “alteración de la comprensión y emisión del lenguaje”, y, deficiencia de la parte motora derecha, debía atenderlo de inmediato un Médico Neurocirujano, porque era inminente una intervención quirúrgica.
Ante su asombro, y del resto del equipo médico, le indiqué que lo retiraría para someterlo a un tratamiento de Medicina Natural, ya que antes habíamos pasado por esa experiencia.
Efectivamente, el día 21 de Septiembre del año 2010, los Dres. Walter Feuerhake y Osvaldo Koller, de la Clínica Santa María, frente al mismo diagnóstico de Hematoma Subdural, terminaron por reconocer que la intervención quirúrgica implicaba riesgo de muerte para Fernando, por lo que, obviamente, y, por inspiración divina, procedí a retirarlo a fin de que se sometiera a un Tratamiento Naturista en la Villa de Vida Natural, apoyado por el Médico Naturista y Neurólogo Dr. Pedro Silva Jaramillo.
Tal como en esa oportunidad, esta vez, y como siempre, recurrí a mi amado JESUS.
Mis espectaculares conocimientos de Radiestesia, que considero un regalo divino, me permitieron obtener los siguientes mensajes del Señor. En el año 2010, fue el siguiente: - “El Naturismo, lo sanará, confíen en Mí, no lo operen.” Así lo hice, y se sanó sin intervención médica.
Esta vez, fueron varios los mensajes: - el primero fue: -“Que se cuide su Diabetes que lo tiene enfermo, se sanará esta vez, pero no habrá otra oportunidad, si no se cuida”. La verdad es que, o nada, de cuidadoso era Fernando con su Diabetes, ¡¡ahora tiene una gran responsabilidad con su salud!!, ha prometido, por agradecimiento al Señor, ser muy riguroso con su Diabetes. El Señor le dio esta nueva oportunidad!!.El 15 de Diciembre, recibí el siguiente Mensaje: -“Debe estar tranquilo porque se sanará”. El 19 de Diciembre, este otro: -“El Naturismo lo sanará”.
El 23 de Diciembre, en que yo estaba muy preocupada, dada la gravedad de Fernando, y por ser el Naturismo de lenta recuperación, el Señor me reconfortó con este mensaje: - “Se sanará, no lo dudes”. Gracias Señor!!. De hecho, descartamos terapias como la Kinesiología y la Fonoaudiología, porque hay que respetar la evolución del organismo, la total sanación implica la recuperación de las funciones perdidas.
Y, el último mensaje, solicitado por Fernando, el 25 de enero de este año 2020, siendo testigo el Dr. Pedro Silva Jaramillo, fue el siguiente: “Te he sanado con mi Medicina Natural”. Obviamente, el Naturismo, o Medicina Natural, es la Medicina de Dios, ya que aplica los agentes de la Naturaleza, agua – Hidroterapia -, tierra, - Fangoterapia -, Alimentación en base a frutas y verduras y Hierbas Medicinales – Fitoterapia. Hipócrates, el Padre de la Medicina decía: -“La Naturaleza es la que cura” – “Naturamedicatrix”.
Para aplicar el Naturismo, y, dado que la Villa de Vida Natural, lamentablemente, no podía atenderlo porque Fernando no estaba autovalente, y, además, los tratamientos se realizan sólo hasta las 18.00 hrs. procedí a llevarlo a nuestro lindo departamento, adaptando una de las piezas como “UTI Naturista”, convirtiéndolo en una Mini Villa!!.
Contraté enfermeras de día y de noche, que aprendieron rápidamente las terapias naturistas. Agradezco especialmente a María Edith Cárdenas Gatica e Ivonne Romero Lillo, que abnegadamente, y con un ejemplar profesionalismo, procedieron diariamente a tomar los signos vitales, a aplicar rigurosamente las terapias naturales, consistentes en frotaciones de agua fría y casquetes de barro por 4 veces al día, más la alimentación basada en frutas y verduras, y, uso de hierbas medicinales.
Con este sencillo tratamiento - ¡¡Dios no es complicado!! - Fernando se sanó, recuperando todas sus funciones cognitivas, motoras y del habla.
¡¡GRACIAS NUEVAMENTE SEÑOR POR AMARNOS COMO NOS AMAS. ESTE ES UN NUEVO TESTIMONIO DE TODO TU PODER, Y ES PARA GLORIA TUYA!!
GERBORG BODE:
(MI PARTO NATURAL)
Hace dos años, v un video en Facebook, acerca de Partos Orgásmicos. Partos Orgásmicos?!?!?! Suena como una contradicción, cierto? El parto en nuestra cultura se asocia con dolor, clínicas, un equipo de doctores, enfermeras y matronas, anestesia y estas batas verdes que usa todo el mundo involucrado.
Qué tal si les digo que hay otra camino?
Sólo para aclarar: No estoy en contra de cesáreas o todo tipo de intervenciones médicas mientras estas sirven para proteger la salud o vida de madre y/o hijo.
No obstante, la mayoría de los partos no necesitan llevarse a cabo bajo dichas circunstancias. Este video me inspiró a buscar un camino natural. Aprendí sobre parto natural, partos en casa, partos en agua y mucho más. Fue el inicio de una hermosa aventura de la cual les quiero contar.
Una vez investigado con mayor profundidad el tema de parto natural, le comenté a mi marido mi deseo de dar a luz en nuestro hogar de forma natural y de lo posible en agua. Su respuesta fue: “Si mi amor, no hay problema mientras sea en el patio de la Clínica Indisa.”
Pocos meses más tarde mariposas aparecieron en mi estómago y nos enteramos que estábamos esperando a nuestro primer hijo.
Juntos fuimos a un taller de parto natural de la matrona Macarena Mardones y Camila Soto. Aprendimos sobre la magia del parto y de la perfección de la naturaleza. Aprendimos con más detalle los procesos involucrados del nacer. Desde entonces, mi marido decidió apoyarme en este camino.
Sentía los primeros movimientos de mi bebé, y mientras crecía, estaba cada vez más segura de querer ser parte activa y consciente de este proceso tan antiguo y sagrado. Consciente de las millones de madres (y bebés) que han pasado por este proceso antes que yo. Los deseos de una mujer al parir son simples: una fuerte sensación de seguridad, calma, paz, armonía y comodidad. Preferimos la noche, cuando todo está en calma y en penumbra. Y todas queremos estar lo más cerca posible de nuestro recién nacido.
Mi obstetra y mi matrona nos apoyaron en nuestro deseo de un parto en casa de forma natural. Ambos con larga trayectoria y experiencia en partos naturales. Cuando el día llegó, ellos nos ayudaron junto a mi madre a dar la bienvenida a nuestro pequeño Oscar. Luego de nueve horas de trabajo de parto y manejo de dolor, apoyado por mi esposo, mi madre y ambos profesionales, Oscar nació en la tina de nuestro departamento a las 3 A.M.
No les voy a mentir. No logré tener un parto orgásmico. El dolor me superó. Son cruciales las técnicas de relajación, el manejo del dolor pero aún más importante es permanecer en control del proceso. Apoderarse de la situación, ya que sólo a nosotras nos corresponde liderarlo. No importa cuanta gente te rodee, si estás en armonía con tu ser y tu fuerza, la naturaleza demuestra su perfección.
En el pasado el parto era solo asunto de mujeres, sin hombres involucrados. Suena radical e injusto en nuestra sociedad orientada a la búsqueda de igualdad de género. Pero está lejos de serlo. El obstetra francés Michel Odent ha observado que los partos más fáciles y rápidos suceden cuando las mujeres están solas con sólo una matrona presente.
Nuestra experiencia del parto fue un duro trabajo, mágico, sagrado y hermoso y me ha redefinido como mujer. Sentir la fuerza ancestral y natural del parto me empoderó como persona, mujer y madre. Ahora sé de lo que soy capaz.
Mi esperanza es que más mujeres se atrevan a escoger este camino. Volver a lo natural permite a los bebés experimentar el parto a través de las hormonas naturales generadas por la madre (Serotonina y Oxitocina). Aquellos bebés que tuvieron la oportunidad de experimentar un parto natural son diferentes. Demuestran más empatía y son más sanos.
En cuanto a mi parto, haría nuevamente todo igual. Mi esposo se siente bendecido con esta experiencia y su participación en el parto. Siento la mayor liberación y empoderamiento que jamás haya sentido. El parto no es sólo un aspecto de tu vida personal. Es la experiencia más importante del ser humano. Tenemos que entender que el parto es sagrado e importante. Necesitamos salvar y recuperar la dignidad del parto. Una madre e hijo a la vez.
Para conocer más:
Michel Odent:
“El Bebé es un mamífero”
“La cientificación del Amor”
“El Granjero y el Obstetra”
“Las Funciones de los Orgasmos: Vía rápida hacia la Trascendencia”
“El nacimiento en la era del Plástico”
entre otros títulos. Se pueden pedir en Ecología del Nacer.
Françoise Dolto:
“La causa de los niños”
Parto natural y digno en Chile:
Talleres “Dar a Luz” de la matrona Macarena Mardones.
Las sillas de parto de Camila Soto (en www.ecobiotienda.cl)
Ecología del Nacer www.ecologiadelnacer.cl